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Investigadores afirman que la ciencia local está atravesando un ‘cientificidio’ definitivo

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Antes y después. Por primera vez en una década se contabilizaron menos investigadores y personal científico en este segmento. | gza. Instituto leloir
Antes y después. Por primera vez en una década se contabilizaron menos investigadores y personal científico en este segmento. | Gza. Instituto Leloir.
  • Con una caída del 30,5% en el presupuesto nacional dedicado al segmento de la ciencia y la tecnología, la inversión en este sector está alcanzando mínimos históricos.
  • Varios colectivos de investigadores denuncian la subejecución del presupuesto vigente que fue prorrogado. Y alertan ante la pérdida y el éxodo de recursos humanos calificados.
  • Lo más llamativo es que las políticas locales aplicadas a este rubro parecen contradecir hasta los modelos de los países que el gobierno actual celebra, incluyendo EE.UU., Israel, Alemania e Irlanda, donde la inversión estatal en ciencia, medida en porcentaje del PBI, es significativa.

En días de balance sobre el primer año del gobierno de Javier Milei, la investigación local llegó a la tapa de Nature, una de las dos revistas científicas “top” del mundo. Pero no fue por un descubrimiento o innovación local, sino por un título preocupante: “Temen un colapso de la investigación científica en Argentina”.

La razón de esta preocupación es bastante clara: en ese sector la motosierra pasó a máxima potencia. Según los datos de un documento publicado en noviembre por el Centro Iberoamericano de Investigación en Ciencia, Tecnología e Innovación–Ciicti–, en los últimos diez meses cayeron todos los indicadores de inversión estatal en esa materia: descendió el presupuesto en un 30,5%. Básicamente porque el porcentaje del PBI dedicado a la Función Ciencia y Tecnología pasó del 0,3% del PBI, en 2023, a ocupar apenas el 0,21% del PBI. 

En ese gran número se inscriben otros: los salarios cayeron hasta un 30% en términos reales. Los subsidios al segmento bajaron en un 61,2%. En todo 2024 prácticamente no hubo nuevos ingresos a la carrera de investigador. Si se le suman jubilaciones, bajas y éxodos, hay 2.696 puestos de trabajo menos en CyT.

Otra vez tenemos gente muy capacitada, profesionales de altísimo nivel yéndose a buscar opciones en otros países

Eso no es todo. “Aparte de la caída y subejecución del presupuesto, hay una concepción diferente. Directamente se plantea que el Estado no tiene que financiar la ciencia”, resumió Daniel Filmus, actual investigador del Conicet y exministro de Ciencia, Tecnología y Educación en administraciones anteriores. Y agregó: “En las últimas décadas hubo momentos de expansión y contracción de la inversión. Entraban más o menos investigadores al Conicet. Pero nunca pasó lo que ahora, cuando se considera que la ciencia solo debe ser financiada por el mercado”. Y eso lleva a que haya una destrucción, especialmente en materia de recursos humanos formados. “Hay otra vez gente muy capacitada, profesionales de altísimo nivel que están yéndose a buscar opciones en otros países”.

Filmus explicó que “prácticamente todos los programas de subsidios, de compra, equipamiento e infraestructura están paralizados. No ingresan becarios ni se abre la carrera para que comiencen nuevos investigadores”.

Cientificidio en la cienica Argentina en 2024

Otro punto contradictorio que destaca Filmus es que “el modelo que aplica en este segmento el Gobierno no tiene inspiración en ningún lado. Ni en EE.UU., donde diversos departamentos del Estado financian investigación”. Pero tampoco es lo que se ve en otros “paradigmas” de naciones “modelo” para el gobierno libertario. “Esta falta de inversión en CyT no se verifica ni en Israel, ni en Corea, ni en Alemania, ni en Irlanda. En todos estos países, la inversión del PBI en ciencia duplica o supera largamente el 1% del PBI”, dijo Filmus.

Alertamos con una palabra que sintetiza todo: un ‘cientificidio​

Por su parte, Rolando González-José, investigador principal del Conicet e integrante de la Mesa Federal por la Ciencia y la Tecnología, dijo: “Alertamos con una palabra que sintetiza todo: un ‘cientificidio’. O sea, la destrucción sistemática de la ciencia y tecnología local”.

Para este experto, el desfinanciamiento que afecta al conjunto de los organismos de CyT y a las universidades “reviste mucha gravedad, ya que restringe el desarrollo de las actividades de investigación y favorece la emigración de recursos calificados”.

Esta situación se está ejecutando en varios planos: “Por ejemplo, se derogaron leyes que regían nuestro sector, como la Ley de Financiamiento y el Plan Argentina 2023, que detallaba los objetivos de ciencia y desarrollo en base a las necesidades de cada provincia y del país. Era una planificación estratégica básica que dejó de existir”.

Cientificidio en la cienica Argentina en 2024

Por otra parte, González-José relató que “muchos de los programas que tenía el exministerio de CyT hoy están parados: no se puede firmar convenios, no podemos hacer concursos de precios y dejaron de funcionar proyectos como Equipar Ciencia y Construir Ciencia. Hasta se discontinuó el premio Investigador de la Nación, que era un evento simbólico importante”. Finalmente, se desarmaron todas las instancias de vinculación.

¿Qué puede pasar en 2025? Nada positivo si no hay cambios significativos. Según Filmus: “Cuatro leyes de financiamiento para diferentes temas de ciencia que el Congreso aprobó oportunamente en años anteriores –y por amplias mayorías– directamente no se están cumpliendo. Ahí tenemos que presionar desde el Parlamento para que esas leyes ‘entren’ en el presupuesto 2025 y se apliquen sus normas, que le aseguran fondos frescos a la investigación científica”.

Los reclamos son en primera persona

“Varios investigadores les dijimos personalmente a los funcionarios lo que está pasando. Por ejemplo, yo le reclamé estas circunstancias al actual presidente del Conicet, el doctor Daniel Salamone”, contó el investigador Rolando González-José. Y agregó: “Lo hicimos en una reunión pública realizada en el Cenpat, ubicado en Puerto Madryn, cuando Salamone vino a visitarnos”. En ese momento le preguntaron, por ejemplo, qué iba a pasar con las 400 vacantes para el ingreso a la carrera de investigador que él mismo había prometido. “Nos respondió con evasivas y mintió, porque este año ya termina   y –finalmente– solo entraron al Conicet 54 jóvenes que habían ganado la convocatoria  en 2021. Desde ese momento ya no hubo nuevos ingresos”.

Algo parecido pasó con otro reclamo público que trascendió esta semana, cuando una reconocida investigadora del Conicet recibió un premio internacional. Se trata del premio Científicas que Cuentan, que se entregaba en una ceremonia realizada en la Embajada de FranciaValeria Edelsztein aprovechó el atril para realizar una denuncia sobre la precariedad y el abandono que atraviesa el sistema científico.

* Las imágenes de Neomundo se capturan y editan con un dispositivo Motorola G 41