El próximo martes 2 de julio, cuando la Luna se interponga entre el Sol y La Tierra, durante unos pocos minutos, se hará de noche en gran parte de nuestro país y así, por un momento, podremos ver algunas estrellas y la tenue atmósfera solar en medio de la oscuridad. El eclipse total de sol podrá apreciarse desde varias provincias argentinas, en San Juan, San Luis, La Rioja, el sur de Córdoba, el sur de Santa Fe y en el norte de Buenos Aires. Por esos lugares la Luna dibujará una franja de totalidad con su sombra, en el resto del país el fenómeno se verá parcialmente.
Los eclipses nos vinculan con nuestra historia: hace siglos que las civilizaciones miran y estudian la ocultación total o parcial de un astro por interposición de otro cuerpo celeste, algo que ahora se predice con mucho tiempo de antelación. Aunque todos los meses la Luna viaja entre La Tierra y el Sol, de vez en cuando pasa exactamente sobre la gran estrella y ocurre el eclipse. Como la Luna es cuatrocientas veces más pequeña que el Sol pero está cuatrocientas veces más cerca de nosotros, cuando pasa delante del Sol parece tener el mismo tamaño y lo cubre totalmente.
Hoy, para astrónomos y físicos solares, los fenómenos de esta naturaleza continúan siendo eventos importantes. La atmósfera del sol, su corona, es una región sumamente activa donde se producen numerosos fenómenos explosivos como erupciones y eyecciones de masa que modificar el comportamiento del campo magnético terrestre y, por ejemplo, pueden afectar el funcionamiento de los satélites que se utilizan a diario.
“Un eclipse natural como el que se aproxima nos permite realizar mediciones para determinar la temperatura, la densidad y la dinámica de estructuras cercanas a la baja corona, la capa más cercana a la superficie del Sol. No tenemos acceso a este tipo de evaluación con un eclipse artificial como los producidos en el coronógrafo, que es el instrumento que permite estudiar en detalle las estructuras de plasma y campo magnético que rodean al Sol”, explica Cristina Mandrini, investigadora del Instituto de Astronomía y Física del Espacio (IAFE, UBA-CONICET).
Mandrini observará el eclipse cerca de Tucunuco, un lugar alejado de los centros turísticos de San Juan. Lo hará junto a decenas de científicos de todo el mundo que llegaron a Argentina por el congreso sobre futuras investigaciones de fuentes en meteorología espacial que organiza la investigadora junto a otros colegas del IAFE. En esas coordenadas, la totalidad durará dos minutos y veinticinco segundos.
Laura Morales, investigadora en el Instituto de Física del Plasma (UBA-CONICET) afirma que si bien han avanzado mucho en el estudio y detección “todavía es complicado observar qué sucede en el borde de la corona solar. Suponemos que allí hay información relevante que nos va a permitir completar el cuadro de cómo se organiza el campo magnético en la atmósfera del Sol y cómo se producen las erupciones, entre otros fenómenos”.
“Este eclipse servirá concretamente para obtener mediciones del espectro infrarrojo de la base de la corona solar. Con los datos obtenidos se evaluará la robustez de la metodología de medición. Además, los datos se combinarán con los del espectro ultravioleta extremo de la corona solar y con ellos se podrá tener una caracterización más precisa de la de la atmósfera solar a partir de la cuál los físicos solares podremos desarrollar nuevos y mejores pronósticos de la actividad solar”, enfatiza Morales.