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La caída de la salud en la Argentina neoliberal de los últimos tres años

Inflación, aumentos de precios de medicamentos, reducción en la cobertura por parte de obras sociales y el aumento del desempleo están dejando cada vez a más personas fuera de un acceso digno a la protección y tratamiento de su salud.

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Los precios de los medicamentos han sufrido un aumento acumulado superior al 180% en los últimos tres años, y se ubican por encima de la inflación acumulada en el mismo período, según datos del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda, UNDAV.

Por Andrea Gentil

La situación de la salud pública en la Argentina no es mejor a la de otras áreas: en los últimos tres años la pérdida en materia de coberturas en medicamentos, estudios y acceso a la atención tanto pública como privada han ido barranca abajo de manera pronunciada. El último informe dado a conocer esta semana por la Fundación Soberanía Sanitaria muestra un panorama de mayor y mayor caída en algo que hasta hace pocos años y pese a los vaivenes de la economía local y global se mantenía medianamente en pié: el derecho al acceso a una salud de calidad.

El gasto de bolsillo es aquel que realizan las ciudadanas y los ciudadanos para cubrir gastos vinculados a su salud (prepagas, estudios, medicamentos) que no son cubiertos por el Estado, las obras sociales o el sector privado. Mientras más alto es el gasto de bolsillo en un sistema de salud, más alta la barrera para el acceso a la salud y, por ende, más injusto e inequitativo el sistema.

En la Argentina este tipo de gasto es alto: en el año 2010 representaba un 30% del gasto total en salud y, aunque no se cuenta con datos actualizados, es de esperar que haya aumentado notablemente en los últimos dos años, asegura el informe de la Fundación Soberanía Sanitaria.

Remedios

Los precios de los medicamentos han sufrido un aumento acumulado superior al 180% en los últimos tres años (de noviembre a noviembre) quedando por arriba de la inflación acumulada en el mismo período, según datos del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda, UNDAV.

Este incremento de precios sobre el avance en el nivel de ingresos determinó que el poder de compra de una canasta representativa de remedios “decreciera un 33,5% en relación al salario mínimo, un 30,1% en comparación a la asignación universal por hija o hijo y un 18,4% respecto a la jubilación media”, establece el informe de la UNDAV. Es decir que en la Argentina han aumentado las barreras económicas para el acceso a los fármacos.

Tercera edad

Pero el aumento en el gasto de bolsillo no ha sido únicamente determinado por el aumento de los remedios. Quienes son titulares de Pensiones no Contributivas también han visto afectada su salud por las políticas de ajuste del gobierno nacional argentino. La baja de 170.000 Pensiones no Contributivas implicó la pérdida de cobertura del Programa Federal Incluir Salud (Ex PROFE) y del PAMI, aumentando exponencialmente el gasto de bolsillo. “En algunos casos -aseguran los autores del informe de Soberanía Sanitaria- los tratamientos que dejaron de ser cubiertos por el Programa Federal Incluir Salud y el PAMI implican un gasto de bolsillo que supera los 15.000 pesos argentinos mensuales”.

Las personas mayores que tiene como obra social al PAMI también vieron incrementado el gasto de bolsillo por diversas políticas implementadas en el organismo. Desde el inicio de la gestión de Cambiemos se ha disminuido la oferta de servicios y producto del cambio de modelo de pago a prestadores (en lugar de pago por cápita) se fomentó la sub prestación de servicios”.

Esto generó enormes barreras de acceso para los y las jubiladas, pero además hubo otro grave problema: el gasto de bolsillo de esa población en situación de vulnerabilidad aumentó, al quitársele la cobertura de medicamentos al 100% (salvo por vía de excepción), pasando de cubrir 10 fármacos a cubrir 4, y al quitar 160 medicamentos del listado de remedios cubiertos, entre otras medidas de ajuste. La más reciente consiste en la baja de la cobertura del cuidador en internación domiciliaria. Esto implicará para quienes lo requieran un gasto de bolsillo promedio de $120 la hora, que antes era cubierto por PAMI.

Medicina privada

Quienes tienen cobertura de salud a través de una empresa de medicina prepaga (privada) también han visto incrementado el gasto de bolsillo, a raíz de los numerosos aumentos en las cuotas autorizados por el (ex) Ministerio de Salud de la Nación (hoy Secretaría de Salud). En el año 2016 el aumento acumulado ascendió a un 43,5%. En el 2017 fue del 31,3%, duplicando la meta de inflación del Banco Central. En el año 2018 las cuotas de las prepagas van a acumular una suba del 40,83%. Esto quiere decir que, de febrero de 2016 (primer aumento autorizada por el actual gobierno de la Argentina, Cambiemos, de tendencia neoliberal) a diciembre de 2018, las cuotas de las empresas de medicina prepaga acumulan un incremento del 165%. Y el gobierno ya autorizó una nueva suba del 5% para febrero del 2019

El aumento en las cuotas de las empresas de medicina prepaga está generando también una caída en la cantidad de afiliadas y afiliados. En la Ciudad de Buenos Aires, según datos de la Dirección General de Estadística y Censos (INDEC), el porcentaje de afiliados por contratación voluntaria cayó en el primer trimestre de 2018 al 6,1 % de las familias porteñas (era un 8,1% en el mismo trimestre de 2015; 8,6%, en 2016 y 10% en 2017). También disminuyó la cantidad de afiliadas y afiliados a obras sociales que contratan planes de empresas de medicina prepaga a través de la desregulación de sus aportes (21,6% en 2015 a 17,3% en 2017).

Según los datos analizados por el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) ha habido una reducción de entre el 21% y el 29% en el promedio de los salarios de los seis gremios más significativos de la economía del país sudamericano en los últimos meses de 2018 y en relación al promedio de los años 2015/2016.

“Este retroceso impacta directamente en el financiamiento de las obras sociales sindicales afectando la funcionalidad global del sistema -analizan desde Soberanía Sanitaria-. Como respuesta al desfinanciamiento, las obras sociales han acudido nuevamente al cobro de bonos y copagos para las prácticas asistenciales. Se tratan de pagos porcentuales o fijos a cargo del usuario, que van de los 150 pesos argentinos a los 500 pesos argentinos para la realización de consultas y estudios complementarios.

Otro dato a tener muy en cuenta: a lo largo del año 2018 se quedaron sin trabajo 32.118 personas, y se estima que más de 30.000 personas dejaron de tener cobertura mediante obra social y pasaron a tener cobertura pública exclusiva. Esto implica, además de la baja en las afiliaciones de las obras sociales, una demanda creciente para los hospitales y centros de salud del subsector público. Y en la Argentina neoliberal actual los presupuestos para los hospitales públicos escasean fuertemente.