Home Neosalud La Sociedad Argentina de Infectología sentó posición sobre tratamientos para coronavirus

La Sociedad Argentina de Infectología sentó posición sobre tratamientos para coronavirus

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Un frasco de exametasona inyectable
Desde Inglaterra llega un estudio que confirma que la dexametasona puede ayudar a los casos graves de coronavirus.

La medicina es una disciplina que busca el bienestar físico, mental y social de las personas. La buena medicina no es solamente un protocolo de acción, es también la capacidad de escuchar, acompañar y comprender. Por lo tanto está claro que la medicina no se trata solamente de ciencia.

Sin embargo, la construcción del conocimiento médico se basa esencialmente en el método científico, que se sustenta en la experimentación y verificación.

No hay lugar para soluciones mágicas ni voluntarismo simplista.

Las situaciones sanitarias extremas, como la actual pandemia, generan incertidumbre, dudas y hasta desesperación. Con gran preocupación notamos que en el tratamiento de pacientes con Covid-19, tanto a nivel individual, institucional y aún de políticas sanitarias, se está promoviendo el uso de medicamentos y terapias que carecen aún de comprobación científica respecto de su eficacia. Y cuya seguridad tampoco conocemos por completo.

Entre estas terapias podemos mencionar hoy:

  • El uso del ibuprofeno inhalado,
  • La ivermectina
  • El plasma de convalecientes

Del mismo modo discutimos hace algunas semanas atrás el uso de lopinavir/ritonavir, la hidroxicloroquina y azitromicina, y hoy sabemos que no sólo son inefectivas, sino que algunas hasta podrían ser perjudiciales.

Es lícito y hasta deseable la utilización de tratamientos novedosos y aún experimentales, aunque siempre dentro del contexto de ensayos clínicos adecuadamente diseñados y con las aprobaciones éticas y regulatorias correspondientes.

USO EXCEPCIONAL

Los usos “extendidos” de medicación y los tratamientos compasivos constituyen situaciones excepcionales definidas por el criterio médico que deben ser explicitadas como experimentales frente a los pacientes y sus familiares y su validación depende estrictamente de la generación de conocimiento a partir de su investigación apropiada, la cual deben siempre facilitar en lugar de impedir. Son situaciones puntuales que en ningún caso deben convertirse en regla o transformarse en “estándar” de cuidado.

Tenemos que trabajar con el doble compromiso de aceptar la limitación del conocimiento actual y al mismo tiempo el deber moral de generar mayor conocimiento de calidad. Y todo eso con la extrema urgencia determinada por la circunstancia.

Desde el inicio de la pandemia la SADI no solamente ha intentado cumplir su rol de sociedad científica con la comunidad médica revisando y generando información, elaborando recomendaciones y protocolos de diagnóstico y manejo, sino también de cara a la sociedad comunicando, asesorando, y también tomando posición frente a situaciones que lo ameriten. Es en este marco desde la SADI queremos levantar nuestra voz en la búsqueda de la unidad de la población, la comunidad médica y los decisores de políticas de salud dentro del marco de la evidencia disponible, que lógicamente es parcial e imperfecta.