- Se trata del “tenecteplasa” y se está adoptando en el mundo médico para tratar el accidente cerebrovascular (ACV) isquémico agudo.
- Entre sus ventajas figura su mayor facilidad de administración, eficacia y seguridad comparado con las drogas actualmente disponibles.
Cada año se registran en la Argentina unos 55.000 casos de ACV. una repentina patología neurológica grave, que requiere –para superarla– atención médica especializada e inmediata. De esa cifra –que en los últimos años viene aumentando en parte por el envejecimiento poblacional y en parte por el aumento de factores de riesgo– se calcula que un tercio se recupera; otro tanto fallece. Y el otro tercio queda con diferentes discapacidades que pueden ser desde mínimas a severas.
Hablar de “inmediata” es literal. La premisa médica en materia de ACV indica que, cuanto menos minutos pasen entre el ataque y la intervención especializada, mejor recuperación tendrá el paciente. La “ventana” de atención para que el tratamiento sea efectivo es hoy de alrededor de 4 horas desde el inicio de los síntomas. Y en este tiempo cuenta también la llamada al servicio de emergencias, la llegada al centro médico donde haya especialistas capaces de reconocer y tratar el ACV en la forma indicada.
Ahora, este mecanismo de tiempo podrá ganar algunos minutos gracias a que la Administración Nacional de Alimentos, Medicamentos y Tecnología Médica (ANMAT) autorizó -y ya está disponible en la Argentina- una nueva droga para el tratamiento de accidentes cerebrovasculares isquémicos agudos. Se denomina tenecteplasa (desarrollada por el laboratorio Boehringer Ingelheim).
Según explicaron los responsables durante la presentación oficial este medicamento integra la categoría de “fibrinolíticos“. Se hace en forma intravenosa y bajo control de expertos en esta patología.
Según la experiencia de otros países donde se adoptó su uso en los últimos meses, esta nueva droga tiene ventajas significativas, ya que facilita mucho su administración (que es por vía intravenosa), lo que permite una mayor eficiencia del sistema al requerir menos personal, menos recursos materiales; puede ser administrada en 5 a 10 segundos, versus una hora del tratamiento actual.
Además, según aclararon desde el laboratorio responsable, “el costo de la nueva opción medicamentosa es similar al de la droga que todavía se utiliza”.
“Disponer de una nueva medicación segura y efectiva, y que además es de más fácil administración, ayuda a agilizar la instancia de abordaje hospitalario, contribuyendo al cumplimiento de los tiempos recomendados para actuar y obtener mejores resultados”, contó en la presentación Virginia Pujol Lereis, neuróloga, Subjefa del Servicio de Neurología Vascular del FLENI.
“La nueva droga llega respaldada por numerosos estudios que garantizan su seguridad y eficacia, habiendo demostrado similares resultados a las mejores terapias disponibles, pero facilitando su administración, lo que contribuirá a acortar los tiempos de atención del ACV, una condición tiempo-dependiente”, agregó Luciano Sposato, médico neurólogo, argentino radicado en Canadá, profesor de Neurología y Jefe del Programa de ACV del Departamento de Neurología del Centro de Ciencias para la Salud de la Western University, en aquel país.
Justamente, Sposato compartió en la presentación la experiencia con la nueva opción que su servicio (en Canadá) adoptó en los últimos meses. Y la conclusión es que lograron ganar varios minutos en la atención de estos casos, lo que redunda en menor daño neuronal a estos pacientes y augura una mejor recuperación.
Por su parte, Pablo Ioli -neurólogo y presidente de la Sociedad Neurológica Argentina (SNA)- recordó que en el ACV, “el primer eslabón de esta cadena de tratamiento está en identificar los síntomas. El paciente o su entorno pueden sospechar la presencia de un ACV ante aparición repentina de debilidad o entumecimiento en la cara, brazo o pierna, especialmente si se da en un solo lado del cuerpo, signos de confusión, dificultad para hablar o para entender lo que nos dicen, pérdida de visión o visión difusa en uno o en los dos ojos, mareos, pérdida del equilibrio y de la coordinación”.
“El ACV es una de las principales causas de discapacidad y muerte en el mundo, pero también es una de las enfermedades donde actuar con velocidad puede cambiar el desenlace. Estar informados y preparados marca la diferencia”, concluyeron los especialistas.
PREVENCIÓN
“Concretamente, ponemos el énfasis en el control de la hipertensión arterial -que es uno de los grandes desencadenantes de episodios cerebrovasculares-, la hiperglucemia/diabetes, el tabaquismo, el colesterol elevado, no hacer actividad física, el sobrepeso y la obesidad y el estrés. En resumen: vida saludable, con todos los controles que su médico le indique, combatiendo el sedentarismo y con una alimentación sana y equilibrada”, concluyeron.
Enrique Garabetyan
