(www.neomundo.com.ar / Enrique Garabetyan) Por medio de un coordinado evento de alcance mundial, seis conferencias de prensa internacionales simultáneas, expertos de todo el mundo contestando preguntas en diversos idiomas, algo usualmente más ligado a evento global deportivo o de cine- el equipo del proyecto “Telescopio Horizonte de Sucesos” (EHT por sus siglas en inglés) publicó la primera evidencia visual directa de un agujero.
El hito se expresó en una serie de seis artículos publicados en una edición especial de la revista científica Astrophysical Journal Letters.
La imagen muestra como se “ve” el agujero negro localizado en el centro de Messier 87 (M87), una galaxia masiva situada en el cercano cúmulo de galaxias Virgo. Este agujero negro se encuentra a 55 millones de años luz de la Tierra y es 6.500 millones de veces más masivo que el Sol.
Para obtener la imagen hubo que recurrir a una original y creativa configuración e quipos de observación: se conectaron las señales recibidas por ocho radiotelescopios repartidos en todo el planeta -algunos alejados a 10.000 km unos de otros. Y -entre todos- se armó un telescopio “virtual” del tamaño de la Tierra. Y eso le dio una sensibilidad y una resolución sin precedentes, capaz de “ver”, en escala, el equivalente a la millonésima parte del filo de una gillete.
El EHT es el resultado de una enorme colaboración internacional y le da a los científicos una nueva tecnología para estudiar los objetos más extremos y masivos del universo que fueron predichos por la relatividad general de Albert Einstein. Y la confirmación de su existencia llega un siglo después de la elaboración de la teoría de la que se tenían numerosas evidencias, pero siempre indirectas. Ahora, hay una imagen “directa”.
“Pudimos tomar esta “foto” de un agujero negro y verificar que coincidiera con lo que la teoría de Einstein predice”, afirmó dijo el director del EHT, Sheperd S. Doeleman, del Center for Astrophysics Harvard an Smithsonian (Estados Unidos). “Se trata de un hito histórico en astronomía obtenido por un equipo de más de 200 investigadores”, agregó.
“Una vez seguros de que habíamos captado la imagen cuatro equipos independientes la compararon con una compleja cantidad de simulaciones hechas en computadora con formulas que incluyen la física del espacio curvo, la materia sobrecalentada y los potentes campos magnéticos alrededor del agujero negro. Todo eso para comprobar las características de la imagen tomada concuerdan, sorprendentemente bien, con las predicciones teóricas”, explicó Paul Ho, del EHT y director del East Asian Observatory. “Esto reafirma nuestra interpretación teórica de las observaciones, incluida la estimación de la masa del agujero negro”.
Según el doctor Oscar Reula, investigador principal de Conicet y profesor en la Universidad de Córdoba, Argentina, “el gran valor de estos trabajos que hoy se dieron a conocer es que -hasta ahora- los agujeros negros eran conclusiones u objetos deducidos de las teorías originalmente enunciadas por Albert Einstein. Y teníamos evidencias solidas, pero indirectas, de su existencia. Ahora, finalmente, con esta imagen, tenemos evidencias directas por primera vez”.
Para el físico cordobés Daniel Barraco, “esto nos da la oportunidad para estudiar cómo se comporta el entorno, el plasma y la materia cercana a los agujeros negros, algo que todavía no se entiende muy bien”. Y agregó que “lo novedoso y revolucionario hubiese sido que los datos ahora mostrados contrastaran con la teoría de Einsten”, dijo este investigador del Conicet y director del Centro de Interpretación Científica Plaza Cielo Tierra en la ciudad de Córdoba, Argentina.
La creación del EHT supuso un reto formidable, que requirió modernizar y conectar una red mundial de ocho telescopios ya existentes situados en zonas remotas a una gran altitud. Estas localizaciones incluyen volcanes en Hawái (Estados Unidos) y México, montañas en Arizona (Estados Unidos) y Sierra Nevada (Granada, España), el desierto chileno de Atacama y la Antártida.
Las observaciones del EHT emplean una técnica denominada interferometría de muy larga base (VLBI por sus siglas en inglés), con la que se sincronizan telescopios por todo el mundo y aprovecha la rotación de la Tierra para formar un gigantesco telescopio virtual del tamaño de nuestro planeta. Observando a una longitud de onda de 1,3 milímetros y gracias a la técnica VLBI, el EHT alcanza una resolución angular de solo 20 microsegundos de arco, suficiente para poder leer un periódico en Nueva York desde una cafetería en París.