Baja autoestima, falta de motivación, ansiedad y fracaso escolar son algunos de los síntomas que llevan a pensar que un niño padece de dislexia ¿Entonces de que estamos hablando cuando hablamos de dislexia?
Hablamos de una discapacidad específica de aprendizaje de origen neurobiológico y que provoca dificultades en la comprensión de la lectura, la ortografía y la escritura.
La incidencia varía pero se sitúa entre el 5 y el 14 % ciento de los escolares
Esta patología ocurre en personas de todos los orígenes. El nivel intelectual se mantiene intacto y es frecuente que se destaquen en áreas como el arte, la informática, el diseño, el teatro, las matemáticas, la música, la física y los deportes.
Posibles orígenes de la dislexia
Los investigadores aún no han identificado exactamente cuál es la causa, sin embargo saben que los genes y las diferencias cerebrales cumplen un rol preponderante. Genes y herencia estarían involucrados ya que alrededor del 40 por ciento de los hermanos de personas con dislexia también tienen dificultades con la lectura y hasta el 49 por ciento de los padres de niños con dislexia también la padecen.
Signos y síntomas de la dislexia
La dislexia afecta a las personas de diferentes maneras. Por lo tanto, es posible que los síntomas no se vean iguales de una persona a otra.
Un signo clave de la dislexia es la dificultad para descifrar las palabras. Esta es la capacidad de hacer coincidir las letras con los sonidos. Los niños también pueden tener dificultades con una habilidad más básica llamada Conciencia fonémica. Esta es la capacidad de reconocer los sonidos en las palabras. Los problemas con la conciencia fonémica pueden aparecer desde el preescolar.
Tanto niños como adultos disléxicos suelen tener problemas para para leer con fluidez que es la cantidad de palabras leídas en un minuto, una habilidad muy relevante llamada fluidez de lectura. Es por eso que esta habilidad es una de las medidas que usan las escuelas para seguir el progreso a medida que los niños aprenden a leer. Con frecuencia leen lentamente y cometen errores lo que puede afectar la comprensión de lo leído, pero cuando otras personas les leen, no tienen problemas para entender el texto.
Las principales debilidades de los niños con dislexia son problemas con el lenguaje y la representación visual de las formas de las palabras (ortografía) en el cerebro. Las tres áreas afectadas son:
• Conciencia fonológica o fonémica (ej: confunden letras que se ven similares (como b, d, p y q ) o suenan similares (como f y v , b y p , o d y t ).Tiene dificultad para leer palabras familiares (como gato ), especialmente si no hay imágenes. Aparecen la pseudopalabras. Sustituyen palabras al leer en voz alta, como decir caso cuando la historia dice casa.
• Denominación rápida ( está más relacionada con la fluidez en la lectura de palabras)
• Habilidades semánticas.
Es por eso que tienden a tener dificultades para hacer coincidir los sonidos con las letras. También tienen problemas para reconocer y nombrar letras y palabras. Y pueden tener dificultades para entender el significado de palabras y oraciones.
Enfoques y estrategias de enseñanza están disponibles y pueden ayudar a mejorar las habilidades de lectura y manejar los desafíos. Las personas de cualquier edad puede hacerse la prueba de dislexia, aunque las pruebas son diferentes para adultos que para niños.
En algunas personas, la dislexia no se detecta hasta más tarde, cuando tienen problemas con habilidades más complejas. Estos pueden incluir gramática, comprensión de lectura, fluidez de lectura, estructura de oraciones y escritura más profunda.
Algunos de los signos de la dislexia tienen que ver con las emociones y el comportamiento. Los disléxicos pueden evitar leer, tanto en voz alta como para ellos mismos. Incluso pueden sentirse ansiosos o frustrados al leer. Esto puede suceder incluso después de que hayan dominado los conceptos básicos de la lectura.
¿Cómo se diagnostica la dislexia?
La única forma de saber con certeza si alguien tiene dislexia es a través de una evaluación completa, ya sea en la escuela o en privado. Tener un diagnóstico de certeza es fundamental para recibir el apropiado apoyo apoyo en la escuela, y adaptaciones en la universidad y el trabajo.
Psicólogos pediátricos y psicólogos clínicos se encuentran entre los profesionales comprometidos para evaluar a los chicos en los que se sospecha pueden ser disléxicos.
Un evaluador le dará una serie de pruebas específicas para esta patología. También evaluaran otras áreas para ver exactamente dónde se encuentran las debilidades y las fortalezas.
Hace casi dos décadas surgió en Mallorca del acuerdo de 4 familias desesperadas y cansadas de recorrer pediatras, docentes, psicopedagogas y neurólogas, se reunieron en un bar y decidieron que debían visibilizar la lucha por sus hijos con dislexia y se asociaron fundando DISFAM una organización sin fines de lucro, hoy en día extendida a América Central y a casi todos los países de América del Sur.
Entre sus múltiples objetivos enfocados en el abordaje integral del paciente disléxico, se destacan la asesoría a los padres, a los docentes, la organización de talleres, la difusión de los derechos de los niños/as, adolescentes y adultos con dislexia. En Argentina también hay una subsidiaria de esta ONG al servicio de las familias y de la comunidad.
En nuestro país en el 2016, se sancionó la Ley 27.306 que garantiza el derecho a la educación de los niños/as, adolescentes y adultos que presentan Dificultades Específicas del Aprendizaje (DEA) así como también la formación profesional en su detección temprana, diagnóstico y tratamiento; su difusión y el acceso a las prestaciones.
¿Como se trata la dislexia?
La dislexia es una condición de por vida. Con la ayuda adecuada, muchas personas pueden aprender a leer y escribir bien. La identificación y el tratamiento tempranos son clave para tener éxito en la escuela y en la vida. La mayoría de las personas con dislexia necesitan la ayuda de un maestro, tutor o terapeuta especialmente capacitado en el uso de un enfoque de lenguaje estructurado multisensorial. Es importante que a estas personas se les enseñe con un método sistemático y explícito que involucre varios sentidos (oído, vista, tacto) al mismo tiempo.
Muchas personas con dislexia necesitan ayuda personalizada para avanzar a su propio ritmo
Además, algunos alumnos necesitan una gran cantidad de práctica estructurada y retroalimentación correctiva inmediata para desarrollar habilidades de reconocimiento automático de palabras.
Dra Raquel Piazza, pediatra