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Depresión y ansiedad: por la pandemia la OMS alerta sobre la crisis de salud mental

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La franja etaria que más la sufre es la de entre 18 y 26 años.
La franja etaria que más la sufre es la de entre 18 y 26 años.

Según diferentes expertos están aumentando las cifras de personas que sufren patologías psicológicas.

En medio de la crisis global que genera la extensión de la crisis del coronavirus, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó una alerta sobre un tema que no tiene que ver con vacunas ni con medicamentos: la necesidad de tomar recaudos para preservar la salud mental: el propio Dr Tedros Ghebreyesus, Director General de la OMS, dijo en una reciente conferencia de prensa: “los efectos de la pandemia sobre la salud mental son sumamente preocupante. El aislamiento social, el miedo al contagio y el fallecimiento de familiares se agravan con la angustia que causa la pérdida de ingresos o del empleo.

¿Qué tipo de consecuencias genera el aislamiento sobre la salud mental? Básicamente, se registra un aumento de dos patologías psicológicas:

  • Depresión
  • Ansiedad

De hecho, ya se dieron a conocer, en diversos países de América Latina, informes y estudios sobre el crecimiento de estas sintomatologías: por ejemplo un documento publicado por la Universidad de Chile dio cuenta de que “Chile es un país que evidencia, ya desde antes de la pandemia, dificultades de salud mental en su población, tales como altos indicadores de diagnóstico de depresión, altos índices de abuso de alcohol y otras sustancias y particularmente un alto índice de trastornos depresivos en adolescentes”.

Y en Argentina, una encuesta realizada por un equipo de profesionales de salud mental, hecha a más de 10 mil personas, concluyó que alrededor de un tercio de todos los encuestados atravesaba un estado depresivo o ansioso, “significativo”. Además, según los expertos, lo esperable es que al ir extendiéndose la cuarentena también irá aumentando la cantidad de personas padeciendo esta sintomatología.

Caso de estudio

“Por medio de cuestionarios online hicimos una batería de preguntas a 10053 personas, de todo el país, de entre 18 y 84 años, que contestaron al final de la primera semana de cuarentena. Y comprobamos que un 33% expresaba una condición compatible con una posible depresión”, explicó Marcelo Cetkovich, director médico de INECO y uno de los autores del estudio. Y el experto agregó que “sabemos también que los efectos psicológicos de la pandemia son acumulativos. Por otra parte, en un segundo estudio, esta vez enfocado sobre los jóvenes entre 18 y 26 años resultó que este grupo era que más sufre las consecuencias mentales del aislamiento”.

En ese sentido, midiendo parámetros del depresión, el más del un 50% de la población presentó criterios para diagnóstico. Y analizando la severidad de la sintomatología, vieron que cerca de la mitad de los encuestados manifestó síntomas depresivos en niveles “moderados” o “severos”.

El experto de INECO también destacó que este estudio específico comprobó que en los jóvenes el aislamiento es más estresante. La hipótesis que lo explicaría se basa en que los afecta más la falta de actividad física. “Está demostrado que la inmovilidad es uno de los inductores de sintomatologia depresiva. De hecho, la actividad física tiene un efecto protector. Quienes se ejercitan en forma regular tienen una menor tasa de prevelancia de depresión y hasta hay terapias que incluyen a la activación física como herramienta”.

“Percibimos un claro aumento de situaciones de distrés, que tiene que ver con hacinamiento y con incertidumbre. Las dos emociones que hoy dominan son el miedo y la tristeza. Y eso lleva a sintomatologías de depresión, que se genera por la pérdida de “cosas”, desde amigos a situaciones de trabajo”, el psiquiatra Pablo Gagliesi, especializado en terapias cognitivo-conductuales.

Abandono

Por otra parte, muchos profesionales de la salud mental comprobaron otro dato: la caída de la consultas. “En las instituciones en las que trabajo y charlando con colegas, notamos una caída significativa de las consultas. Podríamos estimar -a grosso modo- que hay un abandono de los tratamientos psicológicos por parte del 60 al 70% de los pacientes”, dijo Gagliesi. Para este profesor de postgrado de la Universidad de Luján y Favaloro, esto se explica muchas veces porque son una prácticas consideradas “prescindibles”. “Además a mucha gente el tratamiento virtual, via apps, no le convence o no tiene privacidad para hablar con su terapeuta. He tenido pacientes hablando conmigo desde un baño o desde un auto”.

La pandemia dejará problemas de salud mental en el mediano plazo

Para Cetkovich, la evidencia indica que cuando esto pase tendremos un montón de personas con síntomas persistentes de estrés agudo y postraumático. “Afectará a profesionales de la salud y también a quienes hayan superado la enfermedad o a quienes hayan perdido un familiar, debido a que son muertes muy particulares, sin la asistencia de la familia ni hacer un buen duelo”. Y agregó que “de aquellos que hayan pasado por terapia intensiva, tal vez hasta el 50% desarrolle patologías de estrés postraumático”.

En opinión de Gagliesi, hay pronósticos que indican que tras la epidemia de virus tendremos otra de estrés postraumático, si bien la experiencia muestra que cuando los traumas son generalizados y colectivos sobre una sociedad, muchos logran superar la situación en forma saludable. Y el profesional concluyó que “aunque una mayoría salga bien en el mediano plazo vamos a necesitar campañas de salud mental concebidas para superar situaciones de duelo y pérdidas que no están siendo bien resueltas ahora”.

Esto fenómeno ocurre en todo el mundo y entre diversos grupos poblacionales. Por ejemplo, los profesionales de la salud que se enfrentan a una sobrecarga de trabajo, al riesgo de contagio y a la necesidad de tomar decisiones de vida o muerte. Eso llevó a que, en China, se han notificado tasas elevadas de depresión (50%), ansiedad (45%) e insomnio (34%) en el personal sanitario y, en Canadá, el 47% de los profesionales de la salud afirmaron que necesitaron de apoyo psicológico.

Otro grupo de riesgo son los niños y los adolescentes. En Italia y España, los padres explican que sus hijos tienen dificultades para concentrarse y sufren irritabilidad, inquietud y nerviosismo. El aislamiento también ha aumentado el riesgo de que los niños presencien o sufran actos de maltrato. Algunos de los más vulnerables en la situación actual son los que presentan discapacidades o viven en condiciones de hacinamiento.

Persona tomando una copa de vino
Durante la cuarentena en Argentina se triplicó el número de personas que toma a diario.

Los expertos en salud mental indican que otro motivo de preocupación es el aumento del consumo de bebidas alcohólicas. Las estadísticas obtenidas en el Canadá indican que el 20% de la población de 15 a 49 años consume más estas sustancias durante la pandemia.

Interrupciones en los servicios especializados

En varias naciones el aumento del número de personas que necesitan atención mental y psicosocial se agravó por la interrupción que sufre la oferta de servicios de atención de salud mental. Muchos centros presenciales fueron cerrados por prevención. E incluso los tradicionales grupos de autoayuda para hacer frente a la dependencia de drogas o bebidas alcohólicas han dejado de reunirse.

Los especialistas de la institución que dirige Ghebreyesus, recordaron que “resulta evidente que uno de los principales objetivos de la recuperación de la pandemia de COVID-19 se basa en la cobertura adecuada de las necesidades de la salud mental. Se trata de una responsabilidad colectiva que deben asumir los gobiernos y la sociedad civil. Si no nos tomamos en serio el bienestar emocional de las personas, los costos sociales y económicos para la sociedad serán prolongados“.

Y Ghebreyesus concluyó afirmando que “la pandemia de COVID-19 está poniendo de manifiesto la necesidad de aumentar urgentemente la inversión en servicios de salud mental si el mundo no se quiere arriesgar a que se produzca un aumento drástico de las enfermedades psíquicas”.