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Las personas con síndrome de Down ¿podrían ser una población de alto riesgo?

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Una persona con síndrome de Down.
Una persona con síndrome de Down.

Según se desprende de una recopilación de papers y estudios hechos por un Think Tank radical, un recuente estudio publicado por Joaquín Espinosa, en la revista científica Cell Reports Medicine, sugiere que las personas, especialmente los niños con síndrome de Down, son más susceptibles a desarrollar los síntomas más severos de COVID-19, la patología causada por el SARS-CoV-2, el coronavirus recientemente identificado.

Espinosa, un científico argentino que actualmente dirige el Instituto Linda Crnic para el Síndrome de Down de la Universidad de Colorado, sostiene que esto se deduce al estar el síndrome de Down asociado a una desregulación del sistema inmune, incluyendo alta actividad de interferón y altos niveles de citoquinas y factores celulares de inflamación.

Hay que prestar especial atención a las personas con síndrome de Down como grupo de riesgo.

Se sabe que el síndrome de Down se correlaciona con altas tasas de hospitalización durante infecciones virales respiratorias y alta sensibilidad a neumonías.

Por lo tanto, el efecto adicional en la exacerbación del sistema inmune (la llamada “tormenta de citoquinas”) que conlleva la infección con SARS-CoV-2 llevaría al desarrollo más severo de COVID-19 con insuficiencia respiratoria aguda, daño cardiaco y colapso multiorgánico.

Este es un aspecto a ser tenido en cuenta pese a que aún no se cuenta con demasiados datos clínicos y epidemiológicos específicos al respecto para prestar especial atención a las personas con síndrome de Down como grupo de riesgo, especialmente en niños.

¿Qué es el síndrome de Down?

El síndrome de Down es una afección en la que la persona tiene un cromosoma extra. Los cromosomas son pequeños “paquetes” de genes en el organismo. Determinan cómo se forma el cuerpo del bebé durante el embarazo y cómo funciona mientras se desarrolla en el vientre materno y después de nacer.

Por lo general, los bebés nacen con 46 cromosomas. Los bebés con esta enfermedad, síndrome de Down, tienen una copia extra de uno de estos cromosomas: el cromosoma 21. El término médico de tener una copia extra de un cromosoma es ‘trisomía’. Al síndrome de Down también se lo llama trisomía 21. Esta copia extra cambia la manera en que se desarrollan el cuerpo y el cerebro del bebé, lo que puede causarle tanto problemas mentales como físicos.

Por lo general, los bebés nacen con 46 cromosomas. Los bebés con esta enfermedad, síndrome de Down, tienen una copia extra de uno de estos cromosomas: el cromosoma 21. El término médico de tener una copia extra de un cromosoma es ‘trisomía’. Al síndrome de Down también se lo llama trisomía 21. Esta copia extra cambia la manera en que se desarrollan el cuerpo y el cerebro del bebé, lo que puede causarle tanto problemas mentales como físicos.

Aun cuando las personas con síndrome de Down pueden actuar y verse de manera similar, cada una tiene capacidades diferentes.

Las personas con síndrome de Down generalmente tienen un coeficiente intelectual (una medida de la inteligencia) en el rango de levemente a moderadamente bajo y son más lentas para hablar que las demás.

Tratamientos para el Síndrome de Down
El síndrome de Down es una afección que dura toda la vida. Los servicios que se proporcionan temprano suelen ayudar a los bebés y a los niños con síndrome de Down a mejorar sus capacidades físicas e intelectuales.

La mayoría de estos servicios se centran en ayudar a los niños con este síndrome a desarrollarse a su máximo potencial. Estos servicios incluyen terapia del habla, ocupacional y física, y generalmente se ofrecen a través de los programas de intervención temprana de cada estado.

Los niños con síndrome de Down también podrían necesitar ayuda o atención extra en la escuela, aunque a muchos de estos niños se los incluye en las clases regulares.