- El biólogo Pablo Borboroglu, un destacado investigador y conservacionista argentino, acaba de recibir uno de los más prestigiosos premios globales dedicado a temas de ecología y sustentabilidad.
Un destacado investigador y conservacionista argentino acaba de recibir uno de los más prestigiosos premios globales dedicado a temas de ecología y sustentabilidad. El biólogo Pablo Borboroglu, especializado en el estudio y conservación de los pinguinos y del medio ambiente costero de Argentina y otras playas de la región, fue premiado esta mañana, en una ceremonia realizada en Londres, con el Premio “Indianapolis 2023“. Esta distinción —que es otorgada por la Sociedad Zoológica de Indianápolis— consiste en una medalla y una suma de US$ 250 mil que el ganador invertirá en proyectos de conservación.
¿Quién es el flamante receptor del premio que se considera un equivalente un “Nobel” pero dedicado a temas de conservación ambiental? Se trata de un argentino, investigador del Conicet, que estudió en las universidades San Juan Bosco y obtuvo su doctorado en la del Comahue. Y Borboroglu recibió este galardón —que, vale recordar, es la primera vez que se entrega a un científico latinoamericano —por su trayectoria de más tres décadas de trabajo que lo llevaron a convertirse en uno de los máximo referentes internacionales en materia de ecología de los pingüinos y en conservación terrestre y marina.
En el 2009 el científico fundó la Global Penguin Society, una entidad ambiental que logró diversos estatus de protección ambiental para una zona geográfica que abarca 13 millones de hectáreas de hábitat marino y terrestre de pingüinos y otras especies costeras. Y que, según explicó el premiado durante una entrevista realizada online desde Londres, “es una organización internacional que se dedica a proteger, en todo el mundo, los ejemplares de 18 especies de pingüinos que existen en el planeta”. Y agregó que: “prácticamente a la mitad de esas especies (nueve) hoy se las considerada “amenazadas”. Esto es importante en muchos sentidos ya que el estatus de conservación de los pingüinos refleja muy bien el preocupante estado de salud ambiental general de los océanos.
De las 18 especies de pinguinos conocidas, la mitad están ambientalmente “amenazadas”
Según destacó durante el acto de premiación el presidente de la Sociedad Zoológica de Indianápolis, Rob Shumaker. “se otorgó esta distinción a Borboroglu que es el cofundador y copresidente del “Grupo Especialista en Pingüinos” de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Y agregó: “Pablo Borboroglu es el responsable de logros muy importantes en la comprensión del comportamiento y de la ecología de los pingüinos. Además, con sus acciones ha logrado la preservación de millones de acres de zonas que son hábitat crítico para estas especies y eso representa un logro sorprendente. La suya es una voz poderosa, optimista y experta en temas de conservación animal y es extremadamente merecedor del Premio Indianapolis de este año”.
El científico recordó un pequeño gran ejemplo del éxito de sus políticas de conservación: en el 2009 la colonia de pinguinos “El Pedral”, en la costa argentina contaba con, apenas seis parejas de animales reproductores. Tras lograr el estatus del área como “refugio de vida silvestre” y reducir el impacto de la actividad humana en esa región, la colonia alberga actualmente a 4.000 parejas reproductoras.
Al recibir su premio Borboroglu, expresó su agradecimiento: “Esto animales necesitan su espacio de tierra y mar, ya que enfrentan amenazas sin precedentes que requieren cambios (sociales) a gran escala. A través de este premio recibido esperamos inspirar y alentar a las personas de todo el mundo a tomar medidas decisivas para proteger mejor nuestro medio ambiente. Solo a través del esfuerzo colectivo podemos asegurar que nuestro entorno y su vida silvestre puedan prosperar”.
Otras actividades de la ONG
Borboroglu y su equipo ambiental también han invertido tiempo y esfuerzos en temas educativos: su programa específico ha logrado, hasta ahora, llegar a más de 200 mil estudiantes de diversos países de la región. Y entre las acciones que regularmente organizan están las populares “visitas de campo” que, hasta ahora, hicieron unos siete mil chicos que residen en zonas aledañas a las colonias de pingüinos. También han preparado folletería y editado libros de divulgación. Y estos materiales sobre temáticas conservacionistas se reparten en forma gratuita en las instituciones educativas.
Preocupación ambientales
El experto yambién tuvo tiempo para expresarse sobre el actual fuerte debate local acerca de si hay que permitir, o no, la exploración y la explotación de petroleo offshore en el Mar Argentino. En ese sentido, Borboroglu fue categórico: dijo que “lo que pienso sobre el desarrollo petrolero en la plataforma argentina es que, realmente, me parece demencial. Primero porque no solamente la exploración en sí misma y las explosiones sísmicas que implican generan un impacto acústico tremendo y pueden causar la mortalidad de los animales que están en cercanía. Sino que, además los protocolos establecidos son una farsa porque son impracticables e inviables”.
Y, a nivel conceptual, el experto agregó: “en un mundo como el actual, con el proceso de calentamiento global y las exigencias de un mejor ambiente para tratar reducir la combustión de combustibles fósiles hacer esto realmente es una locura: producir petróleo para quemar a la atmósfera mientras se nos están incendiando los bosques de Argentina del mundo no tiene ningún tipo de alineamiento con ninguna agenda ambiental del mundo actual”.