“Es una preocupación global: según la Organización Mundial de la Salud, cada año en el mundo se quitan la vida entre 800 mil y un millón de personas”, dijo Marcos Suffritti, jefe del Servicio de Salud Mental del Hospital Austral. De hecho, según el último reporte global de la OMS en 2020 se registraron 703 mil casos, en una tendencia que apunta levemente a la baja en la última década.
en 2020 hubo 3.171 víctimas fatales en esta categoría, lo cual lo coloca como problema de salud pública
Algo que caracteriza a esta situación, en lo personal y en lo social es que está rodeado de mitos. “Hay profesionales y personas que prefieren no sacar el tema del suicidio con pacientes depresivos o con mucha angustia, por el miedo a incentivarlos. Y también por no saber qué hacer con la respuesta”, detalló Suffritti, que también es profesor de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral. “Pero es falso que no hay que hablarlo porque podríamos estar induciendo a intentarlo. Hoy se sabe que dialogar con las personas que tienen ideas de muerte o de suicidio, sea un agente de salud, un familiar o un amigo, ya implica una ayuda para canalizar la búsqueda de tratamiento. El paciente se tranquiliza al hablar del tema, al sentirse escuchado y acompañado en su sufrimiento”.
Por variadas razones, esta situación no afecta por igual a ambos sexos. “El suicidio consumado suele producirse en hombres, pero los intentos son más habituales en mujeres jóvenes”, detalló Suffritti. Un informe científico publicado en la Revista Argentina de Salud Pública a principios de este año mostró la diferencia de la tasa de mortalidad por suicidio según el sexo: en hombres fue de 12,6 por cada 100 mil habitantes, mientras que entre mujeres bajó a 5,4 cada 100 mil.
Prevención del suicidio
“Para este 2022, el tema central del Día Mundial de la Prevención del Suicidio es ‘Crear esperanza a través de la acción’ y desde la OMS se enfatizó la necesidad de tener un enfoque social y conjunto que pueda orientarse hacia medidas preventivas”, explicó la psicóloga María Silvina Sosa, docente, experta en el tema y que trabaja en DIM Centros de Salud. Según Sosa, cualquier persona que pueda detectar este tipo de conductas o pensamientos en un amigo, colega o familiar, debe tratar de hablar con un profesional.
Y aunque parecen obviedades, la psicóloga recordó: “Siempre es recomendable rodearse de afectos que contribuyan a generar un entorno de positividad. Amigos, vecinos, familia e incluso mascotas son excelentes ‘confidentes’”.
Por otra parte hay pequeñas “medidas” y conductas que pueden ayudar en la prevención de este tema: “desde realizar ejercicio físico, ya que la actividad física alivia los síntomas de problemas de salud mental. Esto incluye salir al aire libre a caminar, o hacer alguna clase de gimnasia o baile a través de Youtube. La razón es que el ejercicio mejora el estado de ánimo ya que estimula la producción de endorfinas (una clase de neurotransmisores) y serotonina: la presencia de ambas moléculas ayuda a equilibrar el estrés, controlar el dolor, generar un estado de ánimo positivo y un sueño más reparador”.
Enrique Garabetyan, para PERFIL