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Demuestran que la supresión de carga viral en niños con VIH es inferior a la de adultos

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Hoy menos de 2/3 de los niños con VIH están con carga viral indetectable.
Hoy menos de 2/3 de los niños con VIH están con carga viral indetectable.

Esta semana se conmemoró la Semana Mundial de HIV SIDA y el Kirby Institute UNSW Sídney junto a un consorcio colaborativo publicaron en la revista The Lancet HIV un análisis sobre el nivel de supresión de HIV en niños en tratamiento antirretroviral (ART) en el mundo.

Los datos revelaron que menos de dos tercios de niños infectados con VIH están con carga viral indetectable o sea “suprimidos viralmente”.

La carga viral es una medida necesaria que sirve de guía para medir la eficacia de los ATR necesarios para la prevención del HIV desde personas infectadas hacia otras sanas. La OMS lo recomienda a los seis y a los doce meses, después del inicio del tratamiento, y luego una vez por año.

El ONUSIDA se ha fijado el objetivo de lograr una supresión viral del 95% entre todas las personas que viven con el VIH en tratamiento para 2030.

“Estimamos la supresión viral uno, dos y tres años después de que las personas comienzan a tomar el tratamiento antiviral, de modo que podamos comprender qué tan bien están funcionando los tratamientos con el tiempo”, dijo el profesor Matthew Law del Kirby Institute y agregó: “Los datos entre adultos en tratamiento en nuestros estudios muestran se logró la supresión viral en aproximadamente el 79% de los adultos al año y el 65% a los 3 años. Sin embargo, la supresión viral es más pobre entre niños en un 64% estimado al año y 59% a los 3 años”.

Según el Dr. Azar Kariminia autor principal del estudio, los niños y adolescentes encuentran dificultades para lograr la supresión viral. Iniciar y continuar un tratamiento por que dependen de los adultos responsables o cuidadores que con frecuencia enfrentan sus propias necesidades médicas. Otros factores como el miedo a la estigmatización y a la discriminación de revelar que el niño tiene HIV colaboran de manera negativa a la regularidad del tratamiento.

Para este estudio, se analizaron datos de 21.594 niños / adolescentes y 255.662 adultos de 148 sitios en 31 países, que iniciaron el tratamiento entre 2010 y 2019. Los investigadores trabajaron con la Bases de datos internacionales de epidemiología para evaluar el SIDA (leDEA), que reúne información y experiencia epidemiológica del VIH de: siete regiones: América del Norte; el Caribe y América Central y del Sur; África central, oriental, meridional y occidental; y Asia-Pacífico y está financiado por los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos. El objetivo fue medir la supresión viral en niños, adolescentes y adultos 1, 2, 3 años después del inicio del ART.

Por otro lado, este grupo de investigadores del Kirby Institute junto a otros del Instituto de Investigación Médica de Papúa Nueva Guinea (PNGIMR) cuentan con el apoyo financiero del gobierno de PNG y otros socios, para la implementación de un programa que ampliará las pruebas de carga viral del VIH en lugares donde las tasas de VIH son muy altas.

“Nuestro trabajo es asegurar que los bebés y los niños tengan el mismo acceso a las pruebas y el tratamiento que otras personas con VIH. En lugar de proporcionar pruebas de carga viral en laboratorios lejanos, esta plataforma proporciona pruebas moleculares en el lugar de atención el mismo día y devuelve los resultados en clínicas de VIH. Esto acerca las pruebas de carga viral del VIH a los pacientes, que actualmente incluyen a niños de 10 años en adelante y adolescentes”, comenta la Dra. Janet Gare de PNGIMR y añade: “Sin embargo, también somos pioneros en la implementación de una plataforma de diagnóstico que permitirá el mismo acceso a las pruebas de carga viral del VIH para bebés de 6 a 8 semanas de edad y niños de hasta 9 años, que actualmente no pueden ser incluidos”.

Finalmente la profesora asociada Angela Kelly-Hanku, dice que aprovechar estas tecnologías facilitará la prueba de la supresión viral en bebés y niños y concluye: “No podemos acabar con el sida sin abordar las desigualdades que existen entre los programas de VIH pediátricos y adultos. Proyectos como este marcan una diferencia real y nos acercan al logro de los objetivos de ONUSIDA”.

Dra Raquel Piazza, pediatra