Ante la alerta de altas temperaturas, el Ministerio de Salud de la Nación difunde recomendaciones para adultos y adultas mayores a fin de prevenir, mitigar y dar respuesta adecuada a las olas de calor.
En el marco de la alerta emitida por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) según la cual se registrarán esta semana en nuestro país temperaturas máximas entre los 35° y 42°C, con valores récord que se sentirán especialmente en Córdoba, Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos, Santiago del Estero y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la Dirección de Personas Adultas y Mayores de la Dirección Nacional de Abordaje por Curso de Vida de la cartera sanitaria nacional difunde algunas recomendaciones de cuidado para esta población.
Se recomienda aumentar el consumo de líquidos, incluso aunque no se sienta sed.
- Beber 2 vasos de agua llenos al despertar
- Otro antes de acostarse,
- Sumando al menos 8 vasos de agua a lo largo del día.
Síntomas de deshidratación
Se recuerda en este sentido que síntomas como piel apagada y escamosa, debilidad, confusión, sequedad de la boca y ojos hundidos pueden ser indicadores de deshidratación. En cuanto a la frecuencia de orina y el color de la misma, se debería acudir al baño tantas veces como en invierno, y la orina debería tener un color amarillo muy clarito o casi transparente; si su tono fuera intenso o desprendiera fuerte olor, podría ser también un signo de deshidratación.
¿Qué es el golpe de calor?
El golpe de calor es el aumento de la temperatura del cuerpo por exposición a altas sensaciones térmicas, que puede ser provocada por una estancia prolongada al sol o por la realización de ejercicios vigorosos en ambientes con poca ventilación o muy calurosos”
Que tomar
Respecto de la hidratación y la alimentación, se recomienda evitar el consumo de bebidas alcohólicas o muy azucaradas, y si se toman bebidas para deportistas, hacerlo con moderación y siempre que no exista contraindicación médica. Se aconseja además evitar comidas muy abundantes, y se recomienda ingerir verduras y frutas.
Para evitar sufrir golpes de calor se recomienda reducir la actividad física y permanecer en espacios ventilados o acondicionados, con una temperatura interior entre los 18 y los 24 grados. En el mismo sentido, se aconseja no exponerse al sol en horas centrales del día y usar ropa ligera, holgada y de colores claros. Si se camina bajo el sol, cubrirse la cabeza con una gorra o sombrero, o utilizar un paraguas de verano. Se recomienda además no salir a la calle sin compañía, tomar baños de agua tibia y, si se siente algún malestar asociado al calor, comunicar y consultar inmediatamente con un profesional de la salud.
A fin de prevenir las caídas, se recomienda incorporarse de la cama despacio y esperar unos minutos antes de ponerse de pie para evitar la disminución brusca de la presión. Asimismo, evitar salir en caso de sentirse mareado o muy afectado por el calor.
Se recuerda asimismo la importancia de no automedicarse y de consultar por los efectos de la medicación en los días de calor. De sentirse más cansado de lo habitual y con falta de energía, puede realizarse una consulta médica o solicitar ayuda para realizar las tareas habituales. Se recuerda además que los golpes de calor o la temperatura elevada pueden disminuir la presión arterial provocando desmayos o caídas.
Cuando consultar
Ante la aparición de sed intensa y sequedad en la boca, temperatura mayor a 39º C, sudoración excesiva, sensación de calor sofocante, piel seca, agotamiento, mareos o desmayo, dolores de estómago, falta de apetito, náuseas o vómitos, dolores de cabeza, entre otros, se deberá solicitar de inmediato asistencia médica, trasladar a la persona afectada a la sombra, a un lugar fresco y tranquilo, e intentar refrescarla, mojarle la ropa y darle de beber agua fresca.
Los problemas de la ola de calor no solo afectan a los adultos y mayores. “La deshidratación puede suceder en cualquier grupo etario, pero tienen más probabilidad de padecerlo, y aún en formas más graves, los adultos mayores y los niños y niñas”, explicó el Julio Bruetman, Jefe del Servicio de Clínica Médica del Hospital Británico.