
- Un informe difundido por los profesionales del Observatorio de Psicología Aplicada que funciona en la Facultad de Psicología de la UBA indagó en detalle acerca del estado psicológico actual de la población.
- Lo hicieron a través de una serie de encuestas respondidas por más de 4800 adultos de todo el país.
Los argentinos atravesamos momentos complejos en términos de salud mental y psicológica. Y aprovechando que hace algunas de semanas el mundo celebró el “Día Mundial de la Salud” es una buena ocasión para repasar un informe elaborado por investigadores del Observatorio de Psicología Aplicada (OPSA) que funciona en el ámbito de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires. De allí surge que significativos porcentajes de los residentes en la Argentina experimentan altos niveles de estrés, ansiedad y sintomatología depresiva, en medio de una sensación de crisis.
Para realizar este estudio, que fue coordinado por el doctor Martín Etchevers, los investigadores consultaron -por medio de encuestas- a 4822 adultos de entre 18 y 65 años, de todo el país. Y la primera conclusión que obtuvieron señala que, tras analizar y combinar los resultados, el 8,7% de la gente presenta riesgo de padecer algún tipo de trastorno mental.
Encuesta: pobreza y bajos salarios son las principales preocupaciones de los argentinos
El siguiente punto que respondieron los participantes era sobre su sintomatología “ansiosa”. El 48,6 % de ellos presentaron niveles de ansiedad entre moderada y severa. Y las respuestas del 40,2% permiten asociarlas con niveles de depresión entre moderada y severa.
Cuando se incluye en este análisis la variable etaria y social, la tendencia marcó que los más jóvenes y las personas que integran los sectores socioeconómicos más bajos obtuvieron puntajes más altos en las escalas de ansiedad y depresión. En otras palabras, a menor nivel socioeconómico y menor edad, mayor grado de ansiedad y depresión.

Más de la mitad de los participantes -el 51,1 %- dijo que se encuentra atravesando una crisis. Algunos fueron más allá y detallaron que era una crisis “familiar”, económica y, un porcentaje menor, “vital”.
Recursos
Otra de las preguntas que los psicólogos le hicieron a la gente fue que respondieran:
– ¿Qué hace usted cuando experimenta malestar psicológico o tiene un problema emocional?
– El 35,8 % dijo que dialoga con amigos/as. El 22,1% practica algún tipo de rezo, de acuerdo a alguna creencia religiosa. El 21,9 % recurre a un profesional psicólogo/a. Y otro tanto -el 21,2%- toma alguna medicación. Luego sigue otra respuesta particular: el 16,4% hace deporte (sin especificar cuál) y, finalmente, el 4,3% consume alcohol.
Profundizando en el tema, se preguntaba si “se encuentran en tratamiento psicológico” a lo que el 26% contestó que sí.
Uno de cada 10 argentinos está en riesgo de tener un trastorno mental
Hay otro indicador significativo que se utiliza en este tipo de mediciones sobre calidad de vida y es la cantidad y calidad del sueño. Cuando los investigadores le pidieron a los participantes que elijan la frase que mejor describe cómo duerme habitualmente, seis de cada diez consideraron “tener dificultades frecuentes y ocasionales”. Y apenas uno de cada cinco (20,3%) afirmó “no tener problemas al dormir”.
Vale destacar que este porcentaje es mayor que el registrado en estudios previos. Por ejemplo, en el año 2020 eso respondía al 41%. En el 2021, la respuesta subió al 57%. Y desde el 2022 se mantiene en alrededor de los 60 puntos porcentuales. Un tema complejo, dado que el insomnio y las alteraciones del sueño figuran entre las problemáticas importantes y afectan a uno de los pilares de la salud física y mental.
A la hora de hacer actividad física, un recurso que, bien ejercido, funciona como protector de las problemáticas de salud mental, es que apenas el 56% de los participantes dijo realizar actividad física, mientras que el restante 44% informó no realizarla.
Entre aquellas personas que dijeron no realizar actividad física se presentaron mayores niveles de ansiedad en comparación con aquellos que sí realizaban ejercicio. Y algo parecido se vio con sintomatología depresiva. Los individuos que no realizaban actividad física reportaron niveles más altos de depresión en comparación con quienes sí lo hacían. En resumen, realizar actividad física en forma continuada se asocia a menores niveles de ansiedad y de depresión.
También se indagó el tema de la toma de medicamentos: de la totalidad de los participantes, nada menos que el 49 % dijo tomar medicación por algún problema clínico (por ejemplo, hipertensión). Además, casi uno de cada cuatro adultos (24,9%) consume remedios para dormir. El 22 % toma alguna droga para disminuir la ansiedad y el 16,5% para mejorar su estado de ánimo.
Como corolario, hay un número de personas, 5,4%, que toma este tipo de medicación sin indicación médica. O sea, en forma autorrecetada.
El 87% de la gente dice sentirse “saludable”
Hace unas semanas se publicó la encuesta WIN Worldview, —realizada en 39 países y con casi 35 mil participantes, incluyendo a la Argentina— pone el foco en cómo las personas perciben su salud, qué hábitos adoptan y cuáles impactan negativamente.
A nivel global, el 75% de los encuestados se considera saludable o muy saludable, una cifra estable desde 2018. En la Argentina, el optimismo es mayor: el 87% dice sentirse saludable (25% muy saludable y 62% bastante saludable), según la consultora Voices!, encargada del tramo local de la encuesta.
Sin embargo, hay datos preocupantes. Uno es el alto nivel de automedicación: el 35% de las personas en el mundo consume medicamentos sin prescripción médica, y la Argentina no es la excepción (36%). El fenómeno es más frecuente entre mujeres y está directamente vinculado al estrés y el mal descanso.
El estudio también confirma cuáles hábitos mejoran significativamente la percepción sobre la salud. El 85% de quienes hacen ejercicio con frecuencia se siente saludable, frente al 63% de quienes no se ejercitan nunca o casi nunca. La meditación también muestra efectos positivos (83% vs. 73%), así como el contacto con la naturaleza (81% vs. 67%) y el buen descanso (84% de quienes duermen bien se sienten saludables, frente a solo el 53% de los que duermen mal). Además, quienes viven en el interior del país se consideran, en promedio, más saludables que quienes residen en grandes urbes.