- El ministerio de salud estableció que productos deberán exhibir etiquetas de advertencia sobre su exceso de nutrientes críticos
- ¿Cuándo se verá en las góndolas?
- Una reglamentación debatida por los nutricionistas
En los próximos meses buena parte de los productos alimenticios que hoy se exhiben en las góndolas de los supermercados sufrirán un cambio significativo: paulatinamente comenzarán a mostrar etiquetas negras octogonales, que informarán al consumidor cuales son las propiedades nutricionales negativas de los alimentos elaborados.
De acuerdo a lo que explicaron desde el Ministerio de salud de la nación, “se presentará información de manera gráfica en la cara principal de los envases de alimentos y bebidas para advertir sobre los productos que contienen exceso de nutrientes críticos (azúcares, grasas totales, grasas saturadas y sodio), de calorías también la presencia tanto de edulcorantes como de cafeína”.
Los cambios y advertencias en el packing deberán estar implementados en un plazo que va de los 6 a los 12 meses, según las empresas, y apuntar a informar mejor el momento de la elección del consumidor. Además, es una medida de salud pública porque “permite limitar la oferta de los productos que contengan un sello de advertencia en su envase dentro de las en instituciones educativas y también en las compras públicas que realizan los organismos estatales”.
Desde las organizaciones civiles, la flamante medida fue celebrada. “Estamos muy contentos por la promulgación de la Ley porque contempló los mejores estándares en temas de salud pública y también porque está basada en evidencia científica”, dijo Leila Guarnieri, licenciada en Nutrición e investigadora de la Fundación Interamericana del Corazón (FIC Argentina) una ONG que trabajó en esta temática. “Creemos que es una Ley modelo para toda la región, aunque tenemos que segue en detalle su implementación y fiscalización, especialmente para hacer cumplir la norma en el entorno escolar y la publicidad”.
Por otra parte, Guarnieri aseguró que “el perfil de nutrientes que se adoptó en la ley es el propuesto por la Organización Panamericana de la Salud y es es el que tiene mayor acuerdo con las guías alimentarias argentinas. Y recordó que “con propuestas similares, en Chile se verificó que la compra de bebidas azucaradas disminuyó tras el uso de cuadrados “Negros” y muchas madres refieren que aprovechan este indicador para elegir los alimentos a la hora de hacer las compras”.
También las delegaciones de la OPS, la FAO y UNICEF en Argentina celebraron la nueva normativa. Y en un comunicado recordaron que “Argentina tiene la tasa más alta de exceso de peso en menores de 5 años de América Latina con un 13,6%; el sobrepeso y la obesidad afectan a más del 40% de los niños y niñas de entre 5 y 17 años y al 70% de la población con 18 años o más”.
Claro que la ley es bien “argentina” y -por lo tanto- no está exenta de controversias. Según dijo la licenciada Silvina Tasat, integrante de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN) y una de las autoras del documento de posición oficial de la SAN sobre esta temática, “estamos completamente de acuerdo con que nuestro país tenga finalmente un sistema de etiquetado frontal y creemos firmemente que la gente debe estar bien informada sobre los productos alimenticios que consume y para eso el etiquetado es una buena opción. Pero en el mundo hay cerca de una decena de sistemas diferentes de etiquetar los alimentos. Y el que promueve la flamante reglamentación, según la opinión de la SAN, tiene varias deficiencias“.
Para esta asociación profesional el sistema elegido provoca hace que alimentos que muchas veces serían considerados saludables reciban etiquetas negras con advertencias. Eso ocurre por la forma técnica elegida para analizar la relación de nutrientes críticos y calorías, entre otras cosas. “Hay casos en que el sistema provocará situaciones ilógicas: una mermelada “light” en azúcares deberá llevar el mismo sello negativo que un producto similar tradicional. Y otros ejemplos parecidos ocurrirán con algunos yogures o con una lata de puré de tomate que deberá cargar la advertencia por exceso de sodio, pese a que este aporte no es significativo”, ejemplificó Tasat.
Según la experta, el sistema consagrado maximiza el desaliento a consumir alimentos envasados, “pero incluso el de algunos con buen perfil nutricional y hasta recomendados por las Guías Alimentarias”.
Alimentos sin etiquetas
Según la experta de la SAN, las advertencias negras se concentran en los alimentos industriales y con packaging. “Pero estos conforman apenas el 35% de la dieta global usual que consumimos los argentinos. Quedan afuera de estas alertas y advertencias desde las facturas de las panaderías, a las comidas rápidas más comunes como la pizza y las empanadas, los sandwiches. el delivery, la venta callejera, etc, etc”.
En otras palabras, la flamante ley de etiquetado no alcanza a prácticamente el 65% de la dieta usual que es, en definitiva, es la gran responsable de los altos índices de obesidad y sobrepeso que hoy caracterizan a la Argentina. También se exceptuaron de la clasificación a las fórmulas para lactantes y niños hasta los 36 meses de edad, los alimentos para propósitos médicos específicos y los suplementos dietarios.
Enrique Garabetyan
Cifras
- 1 de cada 3 niños en edad escolar tiene exceso de peso.
- 50% de la población adolescente es sedentaria.
- Hay más de 200 enfermedades asociadas a la obesidad.
- 68 % de los adultos presenta exceso de peso.