La Unidad de Pediatría del Desarrollo del Hospital Británico, se suma a la conmemoración del Día Internacional del Síndrome de Asperger que desde el año 2013, y a través del Manual Diagnóstico y Estadístico de Clasificación de Desórdenes Mentales, lo ubica dentro de los Trastornos del Espectro Autista (TEA).
Las personas con esta condición suelen presentar dificultades comunicacionales, a pesar de tener habitualmente un buen desarrollo temprano de vocabulario. Estos problemas se pueden notar en la forma de hablar, emplear palabras, léxico y comprensión del lenguaje social. Suele costarles registrar emociones propias y ajenas.
Muchas veces son “expertos” en algún tema de su interés y hablan detalladamente del mismo, sin mantener un ida y vuelta en la conversación. En general, las dificultades se evidencian en la socialización con pares que pueden no notarse en la interaccion social con adultos e incluso con niños más grandes o más pequeños.
La doctora Viviana Enseñat, coordinadora de la Unidad de Pediatría del Desarrollo del Hospital Británico, explica que “los pacientes que presentan esta patología suelen tener dificultades en el procesamiento sensorial, esto varía desde hipersensibilidad auditiva, dificultad con cambios de posición, hasta selectividad alimentaria. También es muy característico que tengan un patrón de intereses restringido que puede ir cambiando a lo largo de la vida”.
“Por supuesto, no hay un niño igual a otro, y las manifestaciones pueden variar. Lo importante es saber reconocerlo como sociedad y comprender que es una condición más”, asegura la profesional.
La Dra. Enseñat resalta que “lo más importante del rol del profesional, es trabajar en equipo con la familia, la escuela y los terapeutas, y comprender lo que esa familia y niño/a están necesitando en cada instancia. Asimismo, poder comunicar bien los pasos a seguir, orientarlos, acompañarlos y estar atentos al proceso de aceptación de cada familia”.
La Unidad de Pediatría del Desarrollo (UPD) del Hospital Británico, primera de su tipo en América Latina, se ocupa de la evaluación diagnóstica, la integración entre diferentes disciplinas y el seguimiento de niños con condiciones crónicas que impactan en el neurodesarrollo, como por ejemplo los TEA (trastornos del espectro autista), los trastornos del aprendizaje como la dislexia y los retrasos madurativos de distinto origen.