Esta institución de salud nació en 1844, pensada para atender a los miembros de la, por entonces, principal comunidad extranjera en la antigua Buenos Aires.
Pocas instituciones argentinas pueden darse el lujo de decir que cumplen 180 años de trayectoria. Y mucho menos en el rubro de la salud. Pero, justamente, el próximo 11 de junio se festejan casi dos siglos desde que el “Dispensario Médico Británico” comenzó a atender, en 1844, en una casona de la Avenida Independencia 15, San Telmo.
Allí peregrinaban algunos enfermos de la –por entonces– comunidad extranjera más numerosa de la Argentina. Casi dos siglos más tarde por sus seis sedes pasan 1,5 millones de pacientes cada año que son atendidos por tres mil personas que integran los diferentes equipos de salud.
El Británico (HB) es el decano de los hospitales de comunidad de la Argentina, e integra un grupo reducido con pares como el “Italiano” y el “Alemán”. Los otros como el “Francés” o el Español”, fueron cayendo por el devenir social y económico y son gestionados por el PAMI.
¿Qué es lo que le permitió al Británico sortear 18 décadas de la compleja historia argentina? Decisiones varias, entre las que sobresale ser una asociación civil sin fines de lucro y apostar por la tecnología y cuidados médicos sofisticados. También pensar en abrirse a la docencia, con su “Escuela de Enfermería”, que fue creada en 1890 y aún funciona, ahora con un convenio con la Universidad de Buenos Aires y de la que egresaron 2.400 enfermeras en 134 años. También se cursan en la institución inglesa numerosas residencias médicas, que comenzaron en el Hospital allá por 1978, con la iniciática formación en “Pediatría”. Hoy ya tienen en su haber más de mil profesionales que pasaron por esa etapa de formación clave, en 34 especialidades diferentes.
A este costado “educativo”, se le suma la investigación aplicada para desarrollar o poner a punto nuevos tratamientos. La tradición en este tema también parece venir de antaño. Según contó el doctor Pablo Young, director de Docencia e Investigación del HB y aficionado a la historia de la medicina, “en 1848, en el entonces Dispensario, se hizo la primera cirugía mayor hospitalaria bajo anestesia completa de Argentina. Operó el doctor John Mackenna, quien usó éter para anestesiar a un paciente de traumatología. Y eso pasaba apenas un par de años después del debut de esta herramienta en la medicina de EE.UU.” Mucho después, también fueron pioneros haciendo el primer trasplante coclear y la primera colectomía laparoscópica.
En el rubro de atención, Alejandro Khon –director médico del Británico–, le explicó a este diario que: “hoy, si queremos tener a los mejores médicos atendiendo a la gente, la receta indica dosis adecuadas de dos medidas: estimular la actualización permanente y mezclar la atención al paciente con investigación científica”.
Esto no es menor y por eso la sede central del Británico se está convirtiendo en un centro de complejidad “cuaternaria”. Esto es, hacer desde trasplantes de órganos a neurocirugías. Y, sobre todo, están buscando convertirse en un centro de medicina traslacional: “o sea buscamos las novedades de los laboratorios que hacen ciencia básica e intentamos aplicarlas a problemas clínicos en enfermedades cotidianas”. En ese rubro, según Khon, tienen cada vez mayor importancia los tratamientos oncológicos y la realización de ensayos pioneros de Fase I y II, en terapias génicas para patologías poco frecuentes.
Partos, cirugías estéticas y operaciones complejas: el turismo médico en Argentina crece al 25%
Otra tradición del HB, como el 5’O’Clock tea con scones (que aún sirven en el nosocomio), es la de buscar superar las sucesivas crisis que la Argentina atraviesa desde hace décadas en forma creativa. La doctora Mariana Sciarretta, directora comercial del HB, le contó a este medio que buscan alternativas como ser una opción del denominado “Turismo Médico”, donde pacientes de otros países vienen a atenderse en centros de excelencia de Argentina. “usualmente esto se asocia sólo a temas de cirugía estética, pero también recibimos turismo médico para buscar segundas opiniones sobre enfermedades complejas, tratar casos de oncología, realizar operaciones innovadoras en oftalmología, entre otras. ¿De dónde llegan los pacientes? De Uruguay, Perú, Ecuador, Bolivia y otras naciones de habla hispana.
“Para encarar los próximos 180 años”, bromeó el ingeniero Juan Irigoin, Director General del HB, “tenemos previsto construir un edificio de última tecnología: serán 5 mil m2, en tres pisos, que demandarán una inversión de unos US$ 8 millones”.
Irigoin explicó que pronto iniciarán las obras del “Pabellón Quirófanos”. “Hoy hacemos unas 18 mil cirugías anuales, pero con el nuevo edificio, que contendrá una decena de salas de operaciones hipermodernas, nos permitirá ser más eficientes y seguros en las operaciones. “Podremos aumentar la cantidad de operaciones y también tener más camas para internación común y de terapia”.
Como el pasado se entremezcla con el futuro, aparte de modernizar la tecnología también armaron un museo itinerante con instrumental y aparatología médica antigua, fotos, documentos y otros elementos que revelan la historia de uno de los hospitales más antiguos de Buenos Aires.