- La hipertensión es una epidemia silenciosa.
- En Argentina, casi el 36 % de los mayores de 18 años tiene hipertensión arterial, pero la mitad no lo sabe y apenas dos de cada diez pacientes logran controlar la enfermedad.
- También es una enfermedad que puede afectar a chicos y adolescentes.
Si hay una enfermedad extendida, es la hipertensión: los epidemiólogos calculan que alrededor de uno de cada diez residentes de la Argentina comparte algo para nada recomendable: tener elevada su tensión arterial. Y en las investigaciones específicas hechas a personas mayores de 18 años buscando esta patología, la cantidad de pacientes con “HTA” ronda el 36 % de los encuestados.
“El cuadro es más complejo todavía”, le explicó a este medio el doctor Silvio Schraier, que es vicedirector de la carrera de Especialización en Nutrición en la Fundación Barceló. “Si tomamos a 100 personas con hipertensión al azar, al menos la mitad no tiene ni idea de que padece esa condición. Y si seguimos de cerca la salud de quienes ya tienen este diagnóstico hecho, resulta que solo la mitad cumple con algún tratamiento. Pero no lo hace en forma correcta, ya que sabemos que apenas dos de cada diez (20 %) de los hipertensos logran tener controlada esta enfermedad de forma efectiva, tomando la medicación adecuada, haciendo ejercicio físico y respetando una dieta saludable”.
“Es una patología que no da síntomas y por eso el único modo de saber si alguien es hipertenso es midiéndole la presión arterial”, comentó Carolina Caniffi, docente e investigadora de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires. Y siguió: “Por eso los profesionales insistimos tanto en que todas las personas —tengan o no factores de riesgo clásicos— se controlen”. ¿La razón? Es que la hipertensión arterial puede estar presente incluso en personas que sigan estilos de vida saludables, ya que no todas sus causas se reducen a la alimentación y al sedentarismo. Hay también factores genéticos, ambientales y psicosociales que suman.
Mitos
Esta patología tiene características particulares y está rodeada de mitos sociales errados. Schraier —que es doctor en nutrición y recuerda que su especialidad busca cambiar de nombre para convertirse en “nutriología”, como se la conoce en otros países del mundo— explicó que “si bien suele estar asociada con los adultos mayores, también es un problema de salud que puede afectar a chicos y adolescentes, que también deberían ser controlados periódicamente en este tema”.
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Según detalló Bárbara Nigro, cardióloga especializada en HTA, “en los últimos años ha habido un aumento preocupante en la hipertensión infantil debido al aumento de la obesidad y otros factores de estilo de vida poco saludables”. La experta —que integra la Federación Argentina de Cardiología— agrega que “se calcula que de tres a cinco de cada 100 niños y adolescentes son hipertensos en la Argentina”. Y enfatizó que el control de la presión arterial en niños es vital y requiere el uso de equipos de medición (tensiómetros) adecuados a esa edad. Además, este control debe hacerse en forma rutinaria a partir de que cumplen tres años de edad.
Causas
Aunque la mala dieta, el exceso de peso y el sedentarismo son los tres principales factores, hay otras situaciones que contribuyen a la HTA. Para Caniffi, “entre el 65 % y el 78 % de los casos de hipertensión primaria están vinculados a la obesidad. Pero también vemos pacientes con peso normal que desarrollan esta enfermedad por otras causas”.
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Marcelo Choi, profesor titular de Anatomía e Histología en la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA, asegura que “el estrés y la ansiedad son factores que se asocian con un mayor riesgo de HTA. Los pacientes con estrés pueden desarrollar un aumento repentino de la presión arterial que puede normalizarse al aliviarse. Pero si el estímulo estresante persiste en el tiempo, puede asociarse con un mayor riesgo de desarrollar HTA. Cada vez hay más evidencia que vincula la exposición a eventos traumáticos intensos con un mayor riesgo de HTA”.
Y finalmente, Schraier llamó la atención a este medio sobre otro factor predisponente cuya contribución a las enfermedades crónicas, incluida la hipertensión, se olvida: “el descanso adecuado y las horas de sueño. Sabemos que, además de la alimentación y dejar atrás el sedentarismo, para mejorar la salud hay que dormir al menos siete horas por día porque, de lo contrario, se agrava la diabetes, la obesidad y también la hipertensión”.
Contaminación y ruido: los factores invisibles
Aunque es algo que recién se está investigando en los últimos años, la exposición ambiental también juega un rol en esta enfermedad. “Hoy sabemos que vivir cerca de autopistas, en zonas ruidosas o con alta contaminación del aire aumenta el riesgo de desarrollar hipertensión. Son factores muchas veces invisibles, pero tienen impacto real sobre la salud cardiovascular”, asegura Caniffi.
Además, en algunas personas existe una predisposición genética que facilita una situación de alta presión. Esto se puede manifestar incluso en personas que llevan una vida activa y se alimentan bien. No siempre hay antecedentes claros. Pero los estudios familiares y ciertas pruebas y controles periódicos simples pueden ayudar a evaluar ese riesgo y anticiparse a los problemas, resumen los expertos.

¿Tomársela en casa si o no?
Un tema complejo es el de la toma periódica de la presión arterial, que debe hacerse en forma correcta y siguiendo ciertas normas de reposo previo y posición del paciente mientras se lo hace o cuando se usan equipos digitales portátiles. “Si bien hoy se popularizaron mucho los dispositivos automáticos, hay que recordar que no todas las marcas y modelos disponibles en el mercado están debidamente homologados para hacer esta tarea en forma confiable”, advirtió Schraier. “Por ejemplo, no es recomendable el uso de los tensiómetros de muñeca. Y de los que toman la presión en el antebrazo, en forma automática, la recomendación antes de usarlos es charlarlo en detalle con el médico de cabecera o averiguar en alguna institución confiable (como la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial) cuáles marcas y modelos hoy disponibles han sido realmente validados y por eso son lo suficientemente confiables para hacer el seguimiento y el control de la presión arterial desde la comodidad del hogar”.