El asma es una enfermedad muy frecuente en Argentina, que afecta casi al 6% de los adultos. En medio de la pandemia por SARS-CoV2 resultó motivo de preocupación el potencial riesgo que podrían tener las personas con esta enfermedad.
El asma es una condición que predispone a sufrir enfermedades virales y que presenta empeoramientos desencadenados por infecciones virales, por lo que, al principio de la pandemia, se consideró al asma como factor de riesgo para contraer COVID-19.
Un estudio realizado en nuestro país, en el que participaron investigadores del Hospital Universitario Austral, relevó los registros de 207.079 casos ingresados en el sistema nacional de registro y encontró que el asma no se asociaba a mayor riesgo de evolución adversa de COVID-19, definida como internación en terapia intensiva o mortalidad.
Una revisión sistemática de la literatura médica, que incluyó 57 estudios publicados con 587.280 pacientes, encontró que un 7,46% de las personas con COVID-19 presentaban asma como enfermedad comórbida. También se encontró de forma similar al estudio nacional, que el asma no significaba mayor riesgo de infección, internación o mortalidad por la infección por coronavirus.
Algunos estudios, sin embargo, encontraron que personas con asma grave que requieren tomar corticoides por vía oral, podrían tener mayor riesgo de enfermedad severa. Es difícil interpretar estos estudios, ya que este riesgo podría ser causado por edad avanzada u otras enfermedades presentes, como la obesidad o la diabetes.
Parte de la explicación de este fenómeno, es que el nuevo coronavirus se une a las células humanas a través de una estructura molecular que se llama receptor y se encuentra en la superficie de las células. Esa unión es específica, como la de una llave a la cerradura, y permite que el virus invada la célula y se multiplique en su interior. El receptor específico al que se une el nuevo virus se llama ACE-2, que es la abreviatura de Enzima Convertidora de la Angiotensina. Ese receptor se encuentra en muchas células del cuerpo, en particular en la superficie de las células del tejido pulmonar, que se llama epitelio. En un estudio, se apreció que las personas asmáticas tratadas con corticoides inhalados tienen menos expresión de receptores ACE-2 en el tejido pulmonar, por lo que el virus tiene menos posibilidades de invadir las células.
Sintomas del asma y el Coronavirus
Como los síntomas de asma se superponen con los de la infección por SARS-CoV2, es prudente que todo ataque de asma sea evaluado adecuadamente, para evitar demoras en el diagnóstico y el tratamiento de posibles cuadros de contagio. Además, todas las recomendaciones locales e internacionales coinciden en priorizar a las personas con enfermedades respiratorias en la vacunación contra COVID-19. Las personas asmáticas -aun aquellas que utilizan medicamentos biológicos basados en anticuerpos monoclonales- no presentan contraindicación para vacunarse.
La cuarentena del 2020 benefició a las personas asmáticas
Un estudio británico encontró que durante el periodo de aislamiento social disminuyó el número de ataques agudos de asma incluso durante los meses invernales. La causa más inmediata es la disminución de las infecciones virales. Esto ha llevado a que algunos investigadores postulen que sería beneficioso para las personas con enfermedades respiratorias sostener las medidas de protección (barbijo, distanciamiento social y lavado frecuente de manos), más allá del final de la pandemia.
Por Dr. Alejandro Videla
Profesor de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral y médico del Servicio de Neumonología del Hospital Universitario Austral.
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